El Padre Manuel Castaño falleció cuando yo tenía ocho años. Lo vi en dos ocasiones en el Convento Franciscano de Santa Catalina del Monte. La primera vez fue en la capilla, acompañaba a mi padre. El P. Manuel estaba tocando el órgano cuando entramos, me senté en un banco mientras ellos hablaban. De ahí vienen la afición a la música de mi hermano y mía.
La segunda vez que le vi fue en su celda, así la denomino el franciscano al que le pregunto mi padre, donde se encontraba el P. Manuel. Seguramente ya no se encontraba bien de salud. Yo quede impresionado por la cama, estrecha y con un colchón de tablas gruesas alineadas una al lado de otra, con un brillo impresionante, bajo un ventanuco, lo recuerdo como si lo estuviera viendo en estos momentos.
Transcurridos unos años, en mi adolescencia, nos solíamos bañar en una balsa, que los franciscanos utilizaban para regar el huerto precioso que tenían. Una pérgola atravesaba el huerto diagonalmente, donde colgaban racimos de uvas. Entrábamos saltando el muro, pero en alguna ocasión salíamos atravesando el cementerio donde había una escalera que lo comunicaba con la parte superior, saliendo por una cancela, (que sigue en la actualidad), entonces siempre estaba abierta, accediendo al atrio. En el cementerio había lapidas tanto en el suelo como en las paredes y allí estaba en la pared, la lápida del P. Manuel Castaño.
Todo ese edificio ha sido reformado, incluido el cementerio, la escalera no existe, no se parece en nada al que yo conocía, es desolador el cambio, a pesar de que en la actualidad se encuentre mas vistoso.
Convento Franciscano Santa Catalina del Monte, La Alberca, Murcia

Fragmento
ESCRITORES MAS SOBRESALIENTES DE LA PROVINCIA SCA. DE CARTAGENA
(Conclusión)
Por el
P. Deodato Carbajo
II.- Escritores mas notables de este periodo (1912-1966)
CASTAÑO, P. MANUEL.—También este fervoroso amante de la Sma. Virgen y de los misterios de la Sta. Humanidad de Jesucristo nos ha legado algunos libritos, brote espontáneo pero vigoroso de su ardiente amor al Hijo de Dios y a su divina Madre y de su inmenso celo por el bien de las almas.
Nacido en Javalí Viejo el 3 de marzo de 1894, en el seno de una familia de músicos auténticamente cristiana, siguiendo la llamada del Divino Maestro, ingresa en la Escuela Seráfica, a la sazón en Jumilla, cuando tenia doce años, donde, después de cursar tres años de latín, viste la librea seráfica el 23 de octubre de 1898 y profesa el 4 de marzo de 1900, o sea, cumplidos los 16 años.
Entregado por entero por espacio de un año, a estudiar filosofía, en el monasterio de Ntra. Sra. de las Huertas en Lorca, trasladándolo los superiores al Colegio Seráfico de Cehegín donde, desde febrero de 1902, sigue como puede y cuanto puede —nos dijo él— el estudio de las restantes partes de la Filosofía enseñando a la par a los seráficos música y otras disciplinas.
Trasladado, en enero de 1903, a Orihuela para que se diese al estudio de la teología, en el mismo mes del año siguiente, vuelve a Cehegín para enseñar en el Colegio y simultanear con la labor docente el estudio teológico hasta el 22 de diciembre de 1906 que recibe el sagrado Orden de presbítero.
Las leyes eclesiásticas sobre los estudios y la escolaridad, está claro que no eran tan severas y precisas como al presente.
Dadas sus sobresalientes cualidades musicales y su destreza en tañer el armonio ya manifestadas desde la niñez, juzgaron los superiores ser conveniente que se perfeccionase y con este fin lo enviaron al monasterio benedictino de Monserrat a fin de que se preparara en la ejecución del canto gregoriano tan recomendado contemporáneamente por S. S. Pío X, con el P. Suñol, cosa que realiza en 1907 para después enseñarlo, siendo maestro de novicios, a éstos y a los demás religiosos.
Tañendo también magistralmente el armonio lleváronle en 1916 los superiores a la casa recién fundada de Yecla donde desarrolla un ardiente apostolado desde el pulpito y desde el tribunal de la penitencia que premió Dios en muchas jóvenes al tomar ellas la decisión libre y voluntaria de abrazar para siempre la vida religiosa. Supo con su inmensa caridad grabar —nos decía una de ellas— firmemente en nuestra alma: hay que dividir el día en dos ocupaciones, la de llenarse de Dios en la Santa Misa, en la oración, en las visitas al Santísimo hasta abrasarse en su sagrado fuego y la de irradiarlo luego en los quehaceres y vida ordinaria, en todas partes y en todas direcciones, a semejanza de los rayos divergentes de las custodias.
Auténtico hijo de S. Francisco de Asís en todas partes dio ejemplo de virtud y de fervor no común enardeciéndose abiertamente al hablar o predicar de la Sma. Virgen y de Jesús, sobre todo, en sus grandes festividades, Inmaculada Concepción, Navidad, etc. a quienes indicaba con los afectuosos apelativos de «la mamaica» y el «Niñico».
Nombrado sucesivamente guardián de Lorca, Orihuela y Murcia, es elegido en 1934 Definidor Provincial y Maestro de Novicios, oficio en que le cogió el levantamiento del 18 de julio de 1936 viéndose forzado, ante tantos desmanes, a conbijarse en el Asilo de Ancianos de Lorca. Apresado en este centro benéfico por los amigos de Rusia, fue trasladado a la cárcel provincial de Murcia de donde salió́, por intervención del Tribunal Popular a los cuatro meses, pasando a vivir a Javalí Viejo hasta que terminada la guerra con la victoria de los amigos de Cristo, torna, en abril de 1939, a ejercer su cargo en Sta. María de las Huertas de Lorca.
A continuación vuelve a ser elegido guardián sucesivamente de varios conventos siendo el último el de Orihuela y ejerciendo esos cargos por mera obediencia pues alguna vez renunció por escrito ante el definitorio a ellos. Ejerciólos con satisfacción de todos.
Siempre solícito por el bien espiritual y material de sus súbditos fuélo igualmente por el de las religiosas clarisas, preferentemente ayudándolas, protegiéndolas, defendiéndolas y celebrando sus fiestas con el mayor entusiasmo y fervor. Sabemos que en el último centenario del tránsito de Sta. Clara cursó a Roma una instancia solicitando al Papa se le concediera a dicha Santa prefacio propio. ¿Lo consiguió?
32 P. DEODATO CARBAJO
Hay un hecho incontrovertible hoy y es que desde aquella efeméride tiene la hija predilecta de S. Francisco prefacio propio.
En sus últimos años tuvo el infortunio de soportar una dolorosa úlcera en el sacro y de sufrir varias caídas que le imposibilitaban mantenerse de pie y le obligaron a guardar cama.
Por repetidas e insistentes suplicas suyas los superiores alcanzaron de la Sta. Sede el privilegio de que pudiera celebrar el santo sacrificio de la misa sentado, lo que realizaba con sumo fervor.
Pero casi todo el ultimo año de su existencia terrena tuvo que guardar cama y en ella se cuidaba de hacer todas las prácticas piadosas de la comunidad, a la misma hora que ésta las realizaba en la iglesia o en el refectorio, fuera de sus devociones particulares.
Al fin, después de mucho sufrir con santa alegría a la franciscana, el 16 de enero de 1965, Dios llevaba su alma al cielo y los religiosos al siguiente, hechos los debidos sufragios, su cuerpo al sepulcro conventual de Sta. Catalina del Monte donde moraba en sus postreros años.
Un testigo de vista nos decía que el tránsito del P. Manuel le había conmovido por la serenidad y fuerza del ejemplo, por la santa resignación a los planes de Dios y al dolor, por la piedad que había revelado él mismo en el lecho de muerte. En la lapida sepulcral de mármol artificial se lee esta sencilla inscripción en letras capitales romanas: D. O. M. R. P. Manuel Castaño Ortin, ofm. ✝16-11-1965 a los 81 años. 65 de religión. R. E. P. Llevaba casi 58 años de sacerdote.
Escritor.
Su ferviente celo por la gloria de Dios y por el bien de las almas le impulsaron suave pero fuertemente a escribir en Espigas y Azucenas artículos de carácter ascético-místico y en El Tiempo, diario de Murcia, otros de tinte básicamente religioso-moral. Su estilo es fluido y pacato.
Podemos presentar como obras suyas las siguientes:
1.—Las cuarenta Avemarías y jornadas de la Sma. Virgen y S. José́ a Belén por el P. Manuel M.» Castaño, Murcia. Tipografía San Francisco, 1945, con 128 págs. en octavo.
2.—Octavario al Divino Niño Jesús, para venerar los misterios de su Infancia, Murcia Tip. San Francisco, 1944, con 120 pág. en octavo.
3.—VII Centenario del Transito de Santa Clara. Asís, 1253. Murcia, 1953. Tip. San Francisco, Murcia. Tam. 14 por 21 con 32 págs. ilustrado sin autor, pero confeccionado por el P. Manuel Castaño.
Texto extraído de ESCRITORES MAS SOBRESALIENTES DE LA PROVINCIA SCA. DE CARTAGENA
(Conclusión) Por el P. Deodato Carbajo II.- Escritores mas notables de este periodo (1912-1966).

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